Uno de los pilares de nuestro emprendimiento deben ser los precios justos, tanto para tí como para tus clientes, por ello debes tener claro varios factores que te ayudarán a calcular el correcto valor de tus tejidos.
Para empezar, debes saber cuánto invertiste en el material que usaste, tanto en cantidad como en precio, pues así obtendrás el valor que corresponde. Por ejemplo, si invertiste 2 mil pesos chilenos (aproximadamente 2,50 dólares) en materiales como lanas debes multiplicar esa suma por tres para establecer el valor final, ya que en mi caso considero el valor del material, el tiempo invertido en el trabajo y su nivel de complejidad. Por tanto, tu precio total sería -para el caso de este ejemplo- de unos 6 mil pesos, como mínimo.
“Cuando te soliciten alguno de tus diseños, pero aún debes tejerlo, siempre debes solicitar el 50 por ciento del trabajo a modo de adelanto, porque puede suceder que tejas para nada y pierdas un valioso tiempo”.
La Madeja Sureña.
Ahora bien, existen trabajos que son muy grandes o complejos y quizás esta regla de tres no se pueda aplicar debido a que el valor de tu tejido se dispararía, volviéndose muy prohibitivo para el cliente, por esto la mejor opción es doblar el valor de tu inversión y ese puede ser también tu precio final.
Cuando te soliciten alguno de tus diseños, pero aún debes tejerlo, siempre debes solicitar el 50 por ciento del trabajo a modo de adelanto, porque puede suceder que tejas para nada y pierdas un valioso tiempo para atender a otros clientes que estén en lista de espera. De esta manera, te aseguras la venta de tus productos. Además deberás gestionar y dejar claro que tus envíos se deben pagar al ser recibidos, pues si te haces cargo de los costos del transporte y traslado -cualquiera sea el destino-, tus ganancias se reunirán considerablemente.
