Solo diré, la famosa y odiada muestra.
Sí, detesto hacerla, me pone hasta de malas, creo que se transformó en una especie de archienemiga, PERO!! Es necesaria por todos los motivos que te explicaré en breve.
¿La odiamos muchos tejedores y tejedoras? Sí, pero para nuestra mala fortuna, es “elemental mi querido Watson” para que salga un patrón que compraste o que estás diseñando, sobre todo si piensas crear algo con distintas tallas.
Así que lee estas razones para que termines de convencerte como yo, de que es necesaria la muy desgraciada.
- Razón 1: La tensión es fundamental al tejer porque afecta directamente el tamaño y la apariencia final de la prenda. Sobre todo si compraste un patrón de algún diseñador, pues por lógica quieres que te quede lo más parecido posible, más aún si es por tallas. Así que, cariño, teje la muestra.
- Razón 2: Consistencia del proyecto. Una tensión constante asegura que tu tejido tenga una apariencia uniforme y profesional. Si no controlas o no conoces bien tu tensión, esta podría variar y los puntos quedarían irregulares, con algunas zonas más sueltas y otras más apretadas. Si ensayas, podrás descubrir cómo tejes.
- Razón 3: Dimensiones correctas. La tensión determina el tamaño final de tu prenda, pues puede salir más grande o más pequeña de lo deseado, algo especialmente crítico cuando es un tejido que debe tener un calce y una caída determinada.
- Razón 4: Calidad del tejido. Cuando ya descubriste cómo tejes y tu tensión, te aseguras que tus prendas tengan la elasticidad y el drapeado correctos. Una tensión muy suelta hará ver tu proyecto como en extremo artesanal en el mal sentido, es decir, como que lo tejiste a la rápida y sin dedicación, además de perder la elegancia que querías conseguir. Mientras que una tensión muy apretada dejará la prenda rígida, dura y sin flexibilidad, es decir, una verdadera armadura de lana.
- Razón 5: ¿Cómo controlar y mantener una tensión adecuada? Practica, ensaya, equivócate, arma y desarma. Es la única forma de descubrir cuál es tu tensión, pero debes dejar el estrés de lado y entender que debes pasar por todos estos procesos para que te vuelvas alguien tan experto que con solo mirar un material sepas con precisión qué palillos o crochet son para tí, o las cantidades de material que vas a necesitar, sin importar lo que diga la etiqueta.
En lo personal, me carga tejer la muestra, pero debo reconocer que, por orgullosa, he debido desarmar grandes piezas. Sigue siendo mi archienemiga, mi lastre y mi desastre, pero es un “mal necesario”.
Si deseas profundizar en técnicas para emprender como tejedora, te recomiendo escuchar el capítulo de la primera temporada de mi podcast “Emprender Tejiendo”, titulado ¿Tiempo de crisis? Bullshit! Sí se puede”.
